La vida en la comunidad cristiana | La Humanidad Nueva

La Vida en la Comunidad Cristiana


Creados a imagen y semejanza de Dios, estamos invitados a vivir el Amor, a semejanza de esa misteriosa pero a la vez maravillosa comunión en el amor que forman el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Dios es Amor, es Comunión en el Amor, y en un acto de amor sin límites se abre al ser humano y le revela la hondura y grandeza del amor verdadero en la persona del Señor Jesús: "Tanto amó Dios al mundo que envió a su único Hijo para que todo el que crea en Él no perezca sino que tenga vida eterna" (Jn 3, 16). El Hijo de Santa María, es pues, la plena manifestación del amor divino. El amor de Cristo se nos manifiesta como punto de partida y al mismo tiempo modelo y arquetipo. Jesús nos abre al amor de Dios y nos invita a la comunión entre unos y otros: "Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado" (Jn 15,12).


La iglesia no debe ser una organización aunque debe estar organizada, la iglesia tampoco es un proyecto de Dios para la humanidad. La iglesia es la comunidad de los discípulos de Cristo, aquellos que han entrado por medio de poner su fe y decidir cambiar de rumbo en la vida, siguiendo en pos de Jesús, y que obedecen las instrucciones de su maestro. Una organización es diferente a una comunidad, en la primera lo más importante es el fin para el cual los seres humanos se agrupan, la segunda existe para lograr la unidad de las personas, sólo siendo uno se puede lograr la meta.



La Humanidad Nueva: Fraternidad, justicia social, misión.


La comunión fraterna es ante todo compartir un mismo amor en el Señor Jesús, un mismo ideal de vida: la vida cristiana; un mismo estilo, una misma espiritualidad. La amistad en el Señor Jesús es expresión de amor fraterno, vínculo de caridad que nos une a los demás; nos ayuda a despojarnos de nuestros egoísmos y mezquindades para entregarnos en servicio solícito a los demás, a compartir nuestros dones interiores y ponerlos al servicio de los hermanos, a vivir la solidaridad, la caridad, la corrección fraterna, la reverencia y el respeto mutuo. De esta manera, la amistad en el Señor se convierte en un excelente medio que nos ayuda en nuestro camino de configuración con el Señor Jesús.

El aspecto más inmediato de la justicia social es el pago de lo debido a quienes tienen derecho a un salario. Cuando se dice que la justicia es un requisito de vida, quiere decirse también que es un modo de vida, por lo cual la justicia no queda separada de la observancia de la ley de Dios, es decir, el hombre justo también lo es porque cumple con sus deberes con Dios.














La Comunidad Cristiana Proclama y Reclama su Fe

La Comunidad Cristiana






A menudo la gente pregunta si vivir en comunidad cristiana es un requisito para su salvación. Tales personas están interesadas en saber cuál es lo mínimo que necesitan hacer para no ir al infierno. La pregunta no debería ser si vivir en comunidad es tu boleto al cielo, sino preguntarte si vivir en comunidad te va a ayudar a ser un mejor cristiano, desarrollarte más espiritualmente, y dar un mejor testimonio al mundo de Jesús.


Lamentablemente, hoy en día, encontrar un grupo de personas que verdaderamente estén comprometidas a seguir a Cristo parece ser más difícil que encontrar oro líquido. El mundo está lleno de iglesias donde se pretende estar en comunión por un par de horas a la semana, y donde te llaman "hermano" porque no se acuerdan de tu nombre. Estas falsas iglesias han dejado quemados a muchos y han creado un espíritu de escepticismo contra cualquier grupo que intenta hacer las cosas bien. Entendemos perfectamente que en el ambiente hipócrita del sistema religioso uno no siente el deseo (ni la posibilidad) de tener verdadera comunión y vivir en comunidad cristiana con los demás. Pero cuando uno encuentra personas que sí están dedicadas a Dios, lo más natural sería querer estar con ellas... cuanto más tiempo posible. Si verdaderamente somos cristianos, entonces nos vamos a sentir cada vez más solos en el mundo y más atraídos a los verdaderos hermanos cristianos.




"Si nosotros andamos en la luz de Dios, y tú andas en la luz de Dios, entonces lo obvio es tener comunión los unos con los otros"
(1 Juan 1:7)



Los Sacramentos

Los sacramentos son signos sensibles y eficaces de la gracia de Dios a través de los cuales se otorga la vida divina; es decir, ofrecen al creyente el ser hijos de Dios.


  • Bautismo:Sacramento básico para toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y es la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. Con el nuevo nacimiento por el agua y la palabra somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios.
  • Confirmación:Una decisión seria y personal de seguir a Cristo a través de la Iglesia Católica Romana. Los bautizados están más íntimamente unidos a la Iglesia porque es el sacramento que da el Espíritu Santo y perfecciona la gracia bautismal.
  • Eucaristía: La Sagrada Eucaristía es el sacramento central en el cual celebramos la conmemoración de la Muerte y Resurrección de Cristo. Los niños que se preparan para recibir la Primera Comunión son inscritos en el Programa de la Educación Religiosa que dura 2 años. La celebración culmina la iniciación cristiana y se le recomienda vivamente a los fieles que reciban la sagrada comunión cada vez que participen en la celebración de la Eucaristía.
  • Reconciliación: El perdón de los pecados cometidos después del Bautismo es otorgado a través de este sacramento llamado sacramento de la conversión, de la confesión, de la penitencia o de la reconciliación.
  • Unción de los Enfermos: El sacramento tiene como fin otorgar una gracia especial al cristiano que experimenta las dificultades naturales de un estado de enfermedad grave o de vejez. Así se celebra el poder sanador de Nuestro Señor Resucitado para aquellos que entre nosotros se encuentran enfermos o muriendo.
  • Ordenes Sacerdotales: Todas las personas bautizadas comparten el sacerdocio de Nuestro Señor Jesús Resucitado. Algunos son llamados para compartir y ordenarse ministros de la Iglesia como Diáconos, Sacerdotes u Obispos. Si usted o alguien que conoce siente el llamado de Dios, favor de comunicarse con el Sacerdote de la Iglesia.
  • Matrimonio: Es una alianza de por vida entre un hombre y una mujer, en el cual se convierten en una señal viviente del Amor de Dios por su Iglesia y el mundo.







La Personalidad de Jesús

La Personalidad de Jesús

Jesús nos reconcilió con el Padre, nos mostró como ser niños de Dios durante nuestro terreno peregrinar, nos abrió las puertas del Cielo y envió Su Espíritu para quedarse con nosotros como Guía y Maestro. Vino como un humilde y obediente siervo para enseñarnos a vivir. Nos dijo que siguiéramos sus pasos con coraje desde su espíritu y nos prometió que algún día compartiríamos con él su Gloria así como compartimos con él su Cruz.
Debemos observar la personalidad de Jesús y verla bajo distintas circunstancias -circunstancias similares a las nuestras- y luego alabarlo asemejándonos a Él según el máximo de nuestra capacidad.

Carisma


Cada vez que Jesús aparecía en público, estaba en medio de una multitud. Es algo que una persona común y corriente no puede explicar. Nadie que conoció a Jesús se fue sin haber cambiado. Muy pocos entendieron que delante de ellos estaba Dios hecho hombre. Esta cualidad divina lo distanció de los demás pero a la vez lo hizo ser cercano y entendible. Su habilidad de pedir y esperar era muy atractiva.
 Su carisma estaba reforzado de Verdad porque lo que decía venía del Padre y no había sombra de duda en Sus palabras. Nunca dejó a ninguno especular sobre el sentido de lo que decía, aun cuando las cosas que decía eran casi siempre misteriosas y difíciles de aceptar.
Su humilde autoridad era como un imán que atraía a los pobres y rechazaba a los ricos. 
Nunca perdió su dignidad, pero nunca hizo sentir a nadie menos por eso. Cada gesto suyo les daba esperanza y les hablaba de su amor y preocupación por ellos.


Lealtad


Jesús era leal con sus apóstoles, incluso sabiendo plenamente de su cobardía. Era leal con los pobres, aceptando las críticas de los fariseos, de tal forma que el necesitado nunca se sintiera abandonado. Era leal a su Padre, cumpliendo su Voluntad, incluso hasta la muerte.
La perfección exterior es más fácil de conseguir que la interior. Dar de sus bienes y guardar la Ley puede hacer a algunos orgullosos y criticones. Todos tenemos una tendencia a juzgar a los demás por nuestra propia cuenta y cuando los demás no se ajustan a nuestras expectativas o a nuestra idea de santidad, somos por lo general duros e misericordiosos. Jesús nos estaba diciendo que la compasión y la misericordia le son más agradables que los bienes materiales que le ofrecemos.
  

Cercano y  Accesible


Jesús se hizo a sí mismo accesible a cualquiera. A diferencia de los anteriores profetas y los hombres religiosos de su época, que generalmente se mantenían aislados, era fácil aproximarse a Jesús y Él estaba siempre listo para dar su ayuda. Nunca estuvo muy ocupado o muy cansado como para no bendecir niños, tocar leprosos, o predicar a aquellos que anhelaban la Palabra de Dios. 
La mayoría de los pecadores se sintieron atraídos por Él. Era un fenómeno que no podían explicar. Su Santidad lo hacía accesible y cercano a las criaturas en pecado, cuyas almas era grotesco mirar.

Era sencillo al hablar y escuchaba a cada uno como si no tuviera nada más que hacer. Nunca nadie se sintió apurado en su presencia. Existía esta extraña sensación de que el tiempo no tenía fin cuando le hablaban. La eternidad que había dejado parecía extenderse ella misma y les hacía olvidar el tiempo, el lugar, sus ocupaciones e incluso olvidarse de sí mismos.



Noble y Generoso


Somos generosos cuando damos, pero somos nobles cuando compartimos y nos abnegamos para que otros reciban la gloria.
Jesús era generoso en dar sus dones y su poder a los hombres finitos. Le dio a sus apóstoles el poder de sanar, de echar a los demonios y de resucitar a los muertos, y se alegró cuando regresaron y le contaron de sus logros, logros que su poder realizó en ellos.


Sentido del Humor

Aunque no hay ningún pasaje específico en las Escrituras que indique que Jesús haya reído, existen numerosos pasajes en los que se indica que Él sí hizo reír a los demás. Por lo menos, muchos mostraron aquella complacida sonrisa que uno ve cuando se dice una palabra o se hace un gesto que expresan algo que no había sido dicho desde hacía mucho tiempo. No es difícil imaginarnos la alegría de la multitud al ver a Jesús, una vez más, confundir a sus enemigos con sus propias palabras y darles esa sensación de seguridad, al ver que el Maestro que seguían sabía de lo que era capaz.


Características de la Personalidad de Jesús

  • Jesucristo es Amor: Esta es la característica más importante de la personalidad de Jesús. Pues es su gran amor el que ha hecho que los seres humanos tengamos la posibilidad de la salvación.
  • Jesucristo es Original: La originalidad de Jesús se advierte claramente si se tiene en cuenta que él no se adaptó ni se pareció a ninguno de los modelos existentes en aquella sociedad. Jesús rompe con todos los esquemas, salta por encima de todos los convencionalismos, no se dedica a imitar a nadie. De tal manera que su personalidad es irreductible a cualquier modelo humano.
  • Jesucristo es Radical: Él, en efecto, fue absolutamente original porque fue absolutamente radical. Pero radical, ¿en qué? Solamente en una cosa: su total dedicación y entrega para buscar el bien del hombre, sobre todo el bien y la liberación de los pobres y oprimidos por el mundo, por el sistema establecido.
  • Cristo es Coherente: La coherencia con el plan de Dios. Todo en Jesús fue coherente porque todo estuvo en él determinado por su profunda experiencia de Dios, hasta el punto de que Dios mismo se reveló en Jesús, en su persona, en su vida y en sus actos. En los hombres muchas veces falla esta coherencia.
  • Jesucristo es Dios: Jesús es la Palabra de Dios encarnada, la potencia misma de Dios, quien tiene el control de todas las cosas, y quien además de ser el Autor y Creador, es el Amo y Señor del universo entero, como está escrito: "Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de la creación. Porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles... todo fue creado por medio de Él y para Él. Y Él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en Él subsisten" Colosenses 1:15-17.
  • Jesucristo es Salvación: ¿Cómo consiguió Jesús nuestra salvación? "Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Más Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más el Señor cargó en Él el pecado de todos nosotros" Isaías 53:3-6. No hay otra forma, persona o credo en el que podamos ser salvos, sino por medio de Jesucristo, rindiendo a Él nuestra vida y abandonando nuestro pecado.
  • Jesucristo es la Vida: ¿Cómo encontrar la vida eterna? La respuesta está en Jesús, el autor de la vida, quien fue capaz de poner su vida al morir por usted, pero también fue capaz de tomarla de nuevo al resucitar de entre los muertos, pues Él es eterno y sus días no se acabarán jamás. 
  • Jesucristo es la Resurrección: La esperanza del hombre es encontrar la salvación que conduce a la vida eterna. Aunque muchos se cuestionan si en realidad existe vida después de la muerte, podemos afirmar lo que la Biblia establece: "Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio" Hebreos 9:27.





La Promesa de Dios

PROMESAS DE DIOS


Una promesa de parte de alguien confiable lleva en sí el poder para transformar la mente y la actitud de una persona, y encender la llama de esperanza donde antes existía solamente depresión, temor y preocupación. En el universo no existe nadie más confiable que Dios. Desde el principio, Dios ha hecho sus obras a través de sus palabras, y ha declarado que su palabra es eterna y no puede fallar. La primera promesa en la Biblia tuvo que ver con las instrucciones que Dios entregó a Adán cuando le dijo, “más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:17). Adán y Eva no obedecieron la condición estipulada por Dios, y sufrieron las consecuencias.

La palabra de Dios tiene poder


Es importante que sepamos que cuando Dios habla, sus palabras llevan en sí poder. El declara, “Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir... así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié” (Isaías 55:10-11). Entonces, podemos concluir que la Palabra de Dios representa su poder, su forma de cumplir con sus propósitos en la tierra. 

El día y la noche, el frío y el calor, el verano y el invierno, y la sementera y la siega son verdades que existen porque Dios los estableció por su Palabra. Es su Palabra la que sostiene estas verdades. Si nosotros tenemos la confianza necesaria para planificar nuestras vidas sobre estas palabras, ¿por qué nos falta la confianza para hacer lo mismo con las otras palabras de Dios? 


El poder de una promesa de Dios


Al pasar tiempo estudiando las escrituras es fácil encontrar muchísimas promesas hechas por Dios. Existen promesas en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, promesas que tocan cada área de la vida. Los pactos, o compromisos que Dios ha hecho con el hombre a lo largo de los siglos, se basan en promesas. 

Cuando Dios escogió a Abraham para ser su hombre de pacto, Él le hizo promesas que todavía tienen poder hoy en díaLa promesa que Dios hizo hace miles de años sigue vigente, y la bendición de la promesa está disponible para quienes viven por fe. ¡Cuán importante es tener conocimiento de las promesas de Dios!
 
Por supuesto, existían condiciones que ellos tenían que cumplir para recibir el beneficio de la promesa, así trabaja Dios con su pueblo.
 



Un Mejor Pacto


Cuando hablamos de los pactos es necesario que entendamos que Dios ha hecho pactos a través de la historia para el beneficio del hombre. 

Cuando construimos un edificio, lo primero que tenemos que poner es el cimiento. Es el cimiento el que da fuerza y permanencia al edificio. Construimos un edificio sobre el cimiento. Podemos vivir tranquilos en el edificio, pues no se moverá porque tiene un cimiento sólido. Sin un buen cimiento, el edificio podría caer fácilmente. En el mundo espiritual existe un mejor pacto (contrato), establecido (construido) sobre promesas. 

Un buen ejemplo es la promesa de salvación que existe bajo el Nuevo Pacto. Dios declara a través de Pablo, “si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” (Romanos 10:9). Ciertamente, nuestra fe en la promesa desata la gracia de Dios en la vida, y todo el poder que la acompaña. Sin embargo, el resultado proviene de la fe en la promesa y en la convicción de que quien promete no mienta. Dios estableció su pacto sobre tales promesas.




Las Promesas siguen Vigentes


Nuestra ignorancia o pasividad en cuanto a las promesas de Dios puede determinar la calidad de nuestra vida. Cada promesa que Dios ha hecho al hombre durante la historia sigue vigente, y está disponible para quien la tome. Existen promesas inferiores bajo el Antiguo Pacto, y promesas superiores bajo el Nuevo. Pero todas son en él Sí y Amén.

La frase,
“por medio de nosotros,” significa que somos nosotros quienes determinamos si recibimos el beneficio de la promesa o no. Por ejemplo, en la promesa de salvación que ya hemos visto, depende del hombre si va a creer y confesar que Jesús es el Señor. Al creer y confesar la promesa, ésta se activa y se cumple. Pero depende del hombre. Dios quiere salvar a todos, pero no todos desatan el poder de la promesa.  Si no vives por las promesas de Dios, no estás viviendo la vida que Dios tiene para ti. Estás solamente ‘sobreviviendo.’ Dios quiere cumplir sus propósitos y su voluntad en tu vida, pero solamente lo va hacer por sus promesas. Si eres ignorante de las promesas, o pasivo en cuanto a ellas, jamás disfrutarás de los beneficios y bendiciones que buscas.





Una Promesa es una Semilla


El poder para cumplir la promesa se encuentra en la misma palabra de la promesa, como el poder para que crezca una manzana se encuentra en la semilla de la manzana. Mientras uno no siembra la semilla, no verá el fruto que potencialmente existe dentro. Así funcionan las promesas de Dios también.
El poder para recibir la sanidad se encuentra en las promesas que el Señor ha hecho sobre la sanidad. Cualquiera que las escucha y las crea puede ser sano. “Así que la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios” (Romanos 10:17). Hay promesas para recibir el poder del Espíritu Santo, salud, ayuda espiritual; hay promesas de oración, de sabiduría, de fe, para la soledad, para el temor, promesas de autoridad sobre el diablo, promesas para la familia, el trabajo, los recursos, la protección, etc. Y es solamente a través de las promesas que podemos participar de la naturaleza divina de Dios. 


¿Cómo podemos activar las promesas de Dios?


       1.      Llena tu mente y tu corazón con una visión de la promesa ya cumplida
·         Medita en la promesa día y noche hasta que sea real en tu corazón (Josué 1:8).
·         Mantén los ojos en la promesa y no en las circunstancias (2 Corintios 4:18).
       2.      Proclama la promesa en voz alta constantemente.
·         Declara que ya es tuya (2 Corintios 4:13, Proverbios 18:20-21)
       3.      Actúa y habla como si fuera la verdad (Santiago 1:23-25)
       4.      Nunca dudes del poder de la promesa de Dios
·         Decide que vas a recibir lo que Dios dice (Santiago 1:6-8)
       5.      No dejes de creer, hablar y actuar hasta que haya llegado la manifestación.
·         No te rindes nunca (Hebreos 6:12)
·         Sigue haciendo la voluntad de Dios (Hebreos 10:35-36) 


LA ALIANZA DE DIOS CON EL HOMBRE


         La palabra Alianza proviene del término hebreo: BERIT (pacto, que significa las relaciones recíprocas entre dos partes con todos los derechos y deberes que de tal reciprocidad se siguen; es decir, bienestar, integridad total de la persona y de cuanto le pertenece). 
Dios hace Alianza con su pueblo y promete buscar su felicidad total. A lo largo del camino, el pueblo percibe que el amor de Dios es más fuerte que las dificultades y la muerte.

Hay dos tipos de alianzas en la Biblia: condicionales e incondicionales. Las "condicionales" significan que para que Dios cumpla su parte la humanidad debe cumplir la suya primero. Las alianzas "incondicionales" son en las que Dios cumple con su poder divino sin esperar nada cambio.

Podemos mencionar las siguientes alianzas de Dios con el hombre: 


  • Alianza Edénica: <<Génesis 1:26-31, 2:16-17>>,  traza las consecuencias del pecado de Adán y Eva en el Jardídel En. En la Alianza de En, Dios promete a Adán que las bendiciones y las maldiciones dependen de la fidelidad de la humanidad. Debido a su pecado, la alianza establece que el hombre está condenado en última instancia a una muerte espiritual y luego física.

  • Alianza Adánica: <<Génesis 3:16-19>>, Adán se considera un representante de toda la humanidad, es decir, la disposición sigue siendo válida hoy en día. En esta alianza, Dios le dice a Adán a qué tipo de dificultades deberá enfrentarse en la vida a causa de su pecado. Muchos cristianos interpretan que esta alianza incluye la promesa de un redentor que vendrá a rescatar a los hombres de las consecuencias del pecado.

  • Alianza de Noé: <<Génesis 9:1-18>>, Es un pacto que Dios hizo entre Noé y sus hijos después de que las aguas retrocedieron y todos pudieron salir del Arca. La Biblia dice que Dios logró que un arco iris aparezca en el cielo ese día y lo usó para prometerle a Noé, así como a toda la humanidad, que nunca más volvería a destruir la tierra y a todos sus habitantes con un diluvio universal.

  • Alianza de Abraham: <<Génesis 12:1-4, 13:14-17, 15:1-7, 17:1-8>>, es un pacto en el que Dios le promete a Abraham que será el padre de muchas naciones de personas diferentes, y que tendría una vida próspera y sería bendecido. Por medio de Abraham descendió la raza de los judíos, y el signo del pacto es la circuncisión.

  • Alianza Mosaica: <<Éxod20:01 - 31:18>>, Fue un pacto entre Dios y Moisés que contiene los mandamientos que Dios brindó a los israelitas para que descubran la voluntad de Dios y gobiernen al pueblo. En la teología cristiana, los términos de la Alianza Mosaica, que son mandamientos, las ordenanzas y juicios, expiraron en la cruz cuando Jesús murió por los pecados de los hombres, momento que inició la "Nueva Alianza".



  • Alianza con la Tierra: <<Deuteronomio 30:1-10>>, En este escrito, Dios realiza una promesa incondicional hacia los israelitas: ellos recibirán su propia tierra. Esta alianza también incluye una disposición que indica que, cuando esta nación recibe la tierra, las personas estarán unidas nuevamente al servicio a Dios, y sus enemigos serán destruidos.

  • Alianza Davídica: <<2 Samuel 7:4-16 y 1 Crónicas 17:3-15>>, Es la promesa de Dios de que David tendría una dinastía eterna. Se concentra en torno a tres componentes principales: un trono eterno, un rey eterno (Jeremías 32:21) y un reinado eterno (Daniel 7:14).

  • Nueva  Alianza: <<Jeremías 31:31-40>>, La Nueva Alianza es la que se menciona muchas veces en el Antiguo Testamento: la promesa de una Era Mesiánica futura. Los cristianos creen que Jesucristo es el Mesías prometido que preside la Nueva Alianzaes una alianza incondicional que se estableció entre Dios y toda la humanidad que decida participar en una vida de obediencia hacia una nueva fuente de salvación eterna (Hebreos 5:09); en el cristianismo se lee como la promesa de Cristo.