La Personalidad de Jesús

La Personalidad de Jesús

Jesús nos reconcilió con el Padre, nos mostró como ser niños de Dios durante nuestro terreno peregrinar, nos abrió las puertas del Cielo y envió Su Espíritu para quedarse con nosotros como Guía y Maestro. Vino como un humilde y obediente siervo para enseñarnos a vivir. Nos dijo que siguiéramos sus pasos con coraje desde su espíritu y nos prometió que algún día compartiríamos con él su Gloria así como compartimos con él su Cruz.
Debemos observar la personalidad de Jesús y verla bajo distintas circunstancias -circunstancias similares a las nuestras- y luego alabarlo asemejándonos a Él según el máximo de nuestra capacidad.

Carisma


Cada vez que Jesús aparecía en público, estaba en medio de una multitud. Es algo que una persona común y corriente no puede explicar. Nadie que conoció a Jesús se fue sin haber cambiado. Muy pocos entendieron que delante de ellos estaba Dios hecho hombre. Esta cualidad divina lo distanció de los demás pero a la vez lo hizo ser cercano y entendible. Su habilidad de pedir y esperar era muy atractiva.
 Su carisma estaba reforzado de Verdad porque lo que decía venía del Padre y no había sombra de duda en Sus palabras. Nunca dejó a ninguno especular sobre el sentido de lo que decía, aun cuando las cosas que decía eran casi siempre misteriosas y difíciles de aceptar.
Su humilde autoridad era como un imán que atraía a los pobres y rechazaba a los ricos. 
Nunca perdió su dignidad, pero nunca hizo sentir a nadie menos por eso. Cada gesto suyo les daba esperanza y les hablaba de su amor y preocupación por ellos.


Lealtad


Jesús era leal con sus apóstoles, incluso sabiendo plenamente de su cobardía. Era leal con los pobres, aceptando las críticas de los fariseos, de tal forma que el necesitado nunca se sintiera abandonado. Era leal a su Padre, cumpliendo su Voluntad, incluso hasta la muerte.
La perfección exterior es más fácil de conseguir que la interior. Dar de sus bienes y guardar la Ley puede hacer a algunos orgullosos y criticones. Todos tenemos una tendencia a juzgar a los demás por nuestra propia cuenta y cuando los demás no se ajustan a nuestras expectativas o a nuestra idea de santidad, somos por lo general duros e misericordiosos. Jesús nos estaba diciendo que la compasión y la misericordia le son más agradables que los bienes materiales que le ofrecemos.
  

Cercano y  Accesible


Jesús se hizo a sí mismo accesible a cualquiera. A diferencia de los anteriores profetas y los hombres religiosos de su época, que generalmente se mantenían aislados, era fácil aproximarse a Jesús y Él estaba siempre listo para dar su ayuda. Nunca estuvo muy ocupado o muy cansado como para no bendecir niños, tocar leprosos, o predicar a aquellos que anhelaban la Palabra de Dios. 
La mayoría de los pecadores se sintieron atraídos por Él. Era un fenómeno que no podían explicar. Su Santidad lo hacía accesible y cercano a las criaturas en pecado, cuyas almas era grotesco mirar.

Era sencillo al hablar y escuchaba a cada uno como si no tuviera nada más que hacer. Nunca nadie se sintió apurado en su presencia. Existía esta extraña sensación de que el tiempo no tenía fin cuando le hablaban. La eternidad que había dejado parecía extenderse ella misma y les hacía olvidar el tiempo, el lugar, sus ocupaciones e incluso olvidarse de sí mismos.



Noble y Generoso


Somos generosos cuando damos, pero somos nobles cuando compartimos y nos abnegamos para que otros reciban la gloria.
Jesús era generoso en dar sus dones y su poder a los hombres finitos. Le dio a sus apóstoles el poder de sanar, de echar a los demonios y de resucitar a los muertos, y se alegró cuando regresaron y le contaron de sus logros, logros que su poder realizó en ellos.


Sentido del Humor

Aunque no hay ningún pasaje específico en las Escrituras que indique que Jesús haya reído, existen numerosos pasajes en los que se indica que Él sí hizo reír a los demás. Por lo menos, muchos mostraron aquella complacida sonrisa que uno ve cuando se dice una palabra o se hace un gesto que expresan algo que no había sido dicho desde hacía mucho tiempo. No es difícil imaginarnos la alegría de la multitud al ver a Jesús, una vez más, confundir a sus enemigos con sus propias palabras y darles esa sensación de seguridad, al ver que el Maestro que seguían sabía de lo que era capaz.


Características de la Personalidad de Jesús

  • Jesucristo es Amor: Esta es la característica más importante de la personalidad de Jesús. Pues es su gran amor el que ha hecho que los seres humanos tengamos la posibilidad de la salvación.
  • Jesucristo es Original: La originalidad de Jesús se advierte claramente si se tiene en cuenta que él no se adaptó ni se pareció a ninguno de los modelos existentes en aquella sociedad. Jesús rompe con todos los esquemas, salta por encima de todos los convencionalismos, no se dedica a imitar a nadie. De tal manera que su personalidad es irreductible a cualquier modelo humano.
  • Jesucristo es Radical: Él, en efecto, fue absolutamente original porque fue absolutamente radical. Pero radical, ¿en qué? Solamente en una cosa: su total dedicación y entrega para buscar el bien del hombre, sobre todo el bien y la liberación de los pobres y oprimidos por el mundo, por el sistema establecido.
  • Cristo es Coherente: La coherencia con el plan de Dios. Todo en Jesús fue coherente porque todo estuvo en él determinado por su profunda experiencia de Dios, hasta el punto de que Dios mismo se reveló en Jesús, en su persona, en su vida y en sus actos. En los hombres muchas veces falla esta coherencia.
  • Jesucristo es Dios: Jesús es la Palabra de Dios encarnada, la potencia misma de Dios, quien tiene el control de todas las cosas, y quien además de ser el Autor y Creador, es el Amo y Señor del universo entero, como está escrito: "Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de la creación. Porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles... todo fue creado por medio de Él y para Él. Y Él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en Él subsisten" Colosenses 1:15-17.
  • Jesucristo es Salvación: ¿Cómo consiguió Jesús nuestra salvación? "Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Más Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más el Señor cargó en Él el pecado de todos nosotros" Isaías 53:3-6. No hay otra forma, persona o credo en el que podamos ser salvos, sino por medio de Jesucristo, rindiendo a Él nuestra vida y abandonando nuestro pecado.
  • Jesucristo es la Vida: ¿Cómo encontrar la vida eterna? La respuesta está en Jesús, el autor de la vida, quien fue capaz de poner su vida al morir por usted, pero también fue capaz de tomarla de nuevo al resucitar de entre los muertos, pues Él es eterno y sus días no se acabarán jamás. 
  • Jesucristo es la Resurrección: La esperanza del hombre es encontrar la salvación que conduce a la vida eterna. Aunque muchos se cuestionan si en realidad existe vida después de la muerte, podemos afirmar lo que la Biblia establece: "Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio" Hebreos 9:27.





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